Él será nuestra PAZ

En una carta al Papa Inocencio X, San Vicente de Paúl describía los efectos de la guerra:

“… las ciudades y provincias asoladas por las guerras civiles, los pueblos divididos en facciones, las aldeas, las villas, los más pequeños rincones destruidos, arruinados e incendiados, los trabajadores sin poder recoger lo que sembraron y sin poder sembrar nada para los años siguientes. Los soldados se entreganimpunemente a toda clase de desmanes. Los pueblos, por su parte, nosólo se ven expuestos a las rapiñas y a los actos de bandolerismo, sino incluso a los asesinatos y a toda clase de torturas. Los habitantes del campo que no han sido matados por la espada tienen que morir casi todosde hambre. Los sacerdotes, a quienes los soldados no tratan con mayormiramiento que a los demás, se ven tratados inhumana y cruelmente, torturados y asesinados. Las vírgenes son deshonradas; las mismas religiosas expuestas a su libertinaje y a su furor; los templos profanos, saqueados o destruidos. Los que quedan en pie se han visto de ordinario abandonados de sus pastores, de forma que los pueblos están casi totalmenteprivados de sacramentos, de misas y de todo socorro spiritual… Es poca cosa oír yleer estas cosas; sería menester verlas y comprobarlas con los propios ojos.” (Carta 1608. Coste IV.)

Hoy en día, la guerra y la violencia siguen siendo realidades dolorosas en nuestro mundo. Este Rincón de Oración intenta, a través de las palabras de San Vicente y la Oración por la Paz del Papa Francisco, conducirnos a lo más profundo de nuestro corazón al orar por la PAZ que anhelamos… la PAZ que Jesús trajo en aquel «primer día de Navidad», la PAZ que comienza con y en nosotros… PAZ que es Jesús mismo.

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