Bendición sanadora

Oh, amigo mío, anímate.

El trabajo de sanación es doloroso en su lentitud y hermoso en su avance, por el que alcanzará su objetivo.

No pidas ser paciente, sino perseverante. Pide la perseverancia que nos ayuda a aprender a respirar en medio del miedo, a amar en presencia del dolor, a soñar frente a la ruina de un mundo que podría ser construido.

Jan Richardson

Hace unos días leí estas bendiciones y las relacioné con el trabajo que realizamos en las Naciones Unidas, este trabajo es doloroso en su lentitud y hermoso en los logros por venir.

En los albores de este año nuevo, es difícil no hacer balance del anterior.

He comprendido la magnitud de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible https://sdgs.un.org/goals. En ellos se reconoce que acabar con la pobreza y otras privaciones debe ir de la mano de estrategias que mejoren la salud y la educación, reduzcan la desigualdad y estimulen el crecimiento económico, todo ello sin dejar de abordar el cambio climático y trabajar para preservar nuestros océanos y bosques. Empecé a preguntarme cómo podría una ONG conseguir ponerlos en práctica… Poner en práctica los objetivos es una cuestión enorme, pero creo que si decimos que las personas están en el centro de la agenda y que cada persona es importante, entonces nosotras, Hijas de la Caridad, ya estamos poniendo en práctica estos objetivos.

Aquí no se puede trabajar si no se está conectado, a múltiples niveles. Conectado en términos de comités de ONGs, grupos, agencias de la ONU y conectado en términos de Estados Miembros. El aspecto relacional del trabajo es lo más importante, donde podemos entablar relaciones de confianza para debatir cuestiones realmente importantes. Colaborar con personas que tienen experiencia, dones y talentos es muy importante para nuestra labor de promoción.

Vivimos en un mundo lleno de preocupaciones. La actual pandemia de Covid-19, que ha provocado retroceso en el desarrollo humano en casi todos los países, sigue generando variantes impredecibles. La guerra en Ucrania y otros lugares ha creado más sufrimiento humano. Temperaturas récord, incendios, tormentas e inundaciones hacen sonar la alarma de unos sistemas planetarios cada vez más fuera de control. Todo esto está alimentando una crisis del coste de vida en todo el mundo y plantea un panorama de tiempos inciertos y vidas inestables. La incertidumbre no es nueva, pero sus dimensiones están tomando nuevas formas funestas en la actualidad. Está surgiendo un nuevo «complejo de incertidumbre», nunca visto en la historia de la humanidad. Lo constituyen tres vertientes volátiles e interactivas: desestabilizadoras presiones planetarias y desigualdades del Antropoceno, la búsqueda de transformaciones sociales radicales para aliviar esas presiones y una polarización generalizada e intensificada. Este nuevo complejo de incertidumbres, y cada nueva crisis que genera, están obstaculizando el desarrollo humano y desestabilizando vidas en todo el mundo; el retroceso democrático ha empeorado. Hay peligro de nuevas incertidumbres, en la inseguridad, polarización y demagogia que atenazan a muchos países. Pero hay también promesas: una oportunidad para volver a imaginar el futuro, renovar y adaptar las instituciones y elaborar nuevos relatos sobre quiénes somos y qué valoramos.

El Secretario General, Sr Gutiérrez, en el discurso de apertura de la conferencia de prensa de fin de año afirmó que, unidos, adoptemos y realicemos un marco ambicioso – un pacto de paz con la naturaleza- y transmitamos un mundo mejor, más verde, más azul y más sostenible a nuestros hijos. Necesitamos todas las manos en la masa para una acción climática más rápida y audaz. Una ventana de oportunidad permanece abierta, pero solo queda un estrecho haz de luz.

«Estoy más decidido que nunca a hacer de 2023 un año para la paz, un año para la acción. No podemos aceptar las cosas como están. Debemos a la gente encontrar soluciones, luchar y actuar. A veces, discretamente, pero siempre con determinación: lucharemos. Para promover la paz y la seguridad. Para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer frente a las desigualdades. Para reformar un sistema financiero internacional moralmente en quiebra. Para garantizar los derechos humanos para todos con motivo del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y para ofrecer un planeta habitable a nuestros hijos y nietos».

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