Después de las elecciones, todos los miembros continúan sus esfuerzos: dialogar, intercambiar, profundizar, clarificar – para “hacer la voluntad de Dios” (San Vicente) y para un mejor servicio de los pobres–. Este tercer gran tema: «Una Compañía enriquecida por la participación de todas»,expresa claramente que esto engloba todas nuestras responsabilidades y nuestros compromisos en la vida espiritual, comunitaria y de servicio.

Tenemos que trabajar los aspectos siguientes:

• El espíritu de comunión en una Compañía internacional
• La participación y la subsidiariedad
• La responsabilidad del carisma de la Compañía y de su vocación misionera.

La disponibilidad y la movilidad, como actitud profunda, son necesarias para ser Hijas de la Caridad “sin fronteras”, abiertas a la universalidad.

Este deseo común se expresó en una sesión plenaria durante la cual se depositó un globo terrestre en la mesa de la presidencia, y se leyó la frase del apóstol Pablo a los Gálatas adaptada así:

En Jesucristo, ya no hay Este ni Oeste, en Él no hay ni Sur ni Norte, sino una sola y gran familia, unida en el amor, extendida por toda la tierra (cf. Ga 3, 28).

Dentro del clima de reflexión, celebramos el domingo por la tarde, durante las Vísperas, el envío en misión de 5 Hermanas (4 vietnamitas y una peruana): una para la Provincia del Caribe, dos para la de África Central y otras dos para la Provincia del Congo. ¡Qué alegría!

Ahora nos encontramos  «en la recta final» antes de la clausura de nuestra Asamblea general…