Santa Juana Antida Thouret

La vida de Juana Antida Thouret es una aventura, marcada por una pasión, el servicio de los pobres, miembros dolientes de Jesucristo, y por un acontecimiento: la Revolución francesa.

1765, 17 de noviembreNacimiento
1787Entra en la Compañía de las Hijas de la Caridad
1799, 11 de abrilFunda las Hermanas de la Caridad de Besançon
1826, 24 de agostoMuere en Nápoles
1926, 23 de mayoBeatificada por el Papa Pio XI
1934, 14 de eneroCanonización por el Papa Pio XI.
23 de mayoFiesta litúrgica

Juana Antida Thouret nació en Sancey-le-Long (Doubs), quinta hija de una familia muy cristiana del Franco Condado.

A los 22 años entró en las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, para servir a los pobres, primero en Langres después en París.

En mayo de 1794, Juana Antida volvió a Sancey, ya que durante la Revolución francesa, todas las Hijas de la Caridad, como buen número de religiosas, fueron dispersadas y tuvieron que volver a sus casas.

El 15 de agosto de 1795, partió para Suiza, con los Solitarios del Padre Antonio Silvestre Receveur, una comunidad obligada, por rechazo de la fe, a vagabundear durante once años a través de Europa, va a recorrer Suiza y parte de Alemania.

El 24 de junio de 1797 llegó a Landeron, cerca de Neuchâtel, Suiza, después de un periplo solitario de más de 600 kilómetros. Allí, recibe la llamada de dos sacerdotes franceses que le piden que vuelva a Francia, a Besançon, para ocuparse de los niños no escolarizados y de los enfermos.

El 11 de abril 1799 fundó una escuela gratuita para niñas en Besançon así como un comedor para los pobres. La población les llamaba “ las Hermanas de la sopa y de las escuelitas”.

De mayo a septiembre de 1802, Juana Antida redactó la Regla de vida de su comunidad. Acompañada de algunas Hermanas atraídas por su ideal de vida, abrió nuevas escuelas y lugares dedicados a cuidar enfermos enviando a sus Hermanas a dar clase y a curar a los pobres. El 23 de septiembre de 1802 le piden se haga cargo del servicio de los prisioneros de Bellevaux. Allí, se esfuerza por poner a su servicio sus talentos de educadora, proporcionándoles comida y organizando trabajo para que puedan recibir un salario. En 1807 en París, la Comunidad recibe el nombre oficial de Hermanas de la Caridad de Besançon”.

El 8 de mayo de 1810, Sor Juana Antida es llamada a Saboya, en Thonon, donde va con algunas Hermanas, pero por poco tiempo, pues en noviembre de 1810, recibe una llamada de Nápoles donde va con ocho de sus Hermanas.

En Nápoles, primero se le pide que se haga cargo del hospital de Incurables. Abrió también una escuela, una farmacia en el convento que le había sido cedido; ella y sus Hermanas no titubearon en salir para ir a visitar y curar a los pobres y enfermos.

El 23 de julio de 1819, fueron aprobadas sus Constituciones por el Papa Pío VII. La comunidad recibe el nombre de “Hermanas de la Caridad bajo la protección del San Vicente de Paúl”. En agosto de 1823 partió hacia Nápoles, dónde murió el 24 de agosto de 1826.

Actualmente la comunidad cuenta con 4.000 Hermanas en los cinco continentes, trabajando en una gran variedad de servicios a los pobres. La vida de comunidad, la Eucaristía y el Misterio Pascual son aún hoy, como lo fueron por Juana Antida, los elementos clave de su vida.