Se abre una nueva página de la historia: la erección de la nueva Provincia de las Hijas de la Caridad de Italia. El 29 de noviembre de 2021 se celebró en Roma, en la Casa María Immacolata, la institución de la nueva Provincia de San Vincenzo Italia. El acontecimiento de la unión coincidió felizmente con el aniversario de la fundación (29 de noviembre de 1633) en París del primer núcleo de la pequeña Compañía que, en torno a Santa Luisa de Marillac, escribió páginas de Caridad totalmente inéditas en la Iglesia de Dios. En presencia de los Superiores Generales, de las Visitadoras de las dos antiguas Provincias de Sardegna y San Vincenzo, de los Padres Directores Provinciales y de una discreta representación de Hijas de la Caridad de toda Italia, con salmos y cantos espirituales acompañamos el momento histórico de la introducción de la Provincia de Sardegna en la nueva realidad italiana de la Pequeña Compañía.

La participación orante, fraterna y gozosa de todos los reunidos para el nacimiento de la nueva Provincia de San Vincenzo Italia fue realmente un momento singular y único, generado por el vivo deseo de adherirse a lo que la Compañía venía pidiendo desde hace tiempo, de acuerdo con las directrices de la Iglesia sobre los Institutos Religiosos y, en particular para nosotras las Comunidades de Vida Apostólica, para una mayor y más amplia sinergia en el servicio a los Pobres, en la apertura a una mayor colaboración entre nosotras, los laicos y los organismos eclesiales diocesanos y nacionales. El proceso de reconfiguración de las cinco Provincias en una única realidad, iniciado en 2013, se cumple, por tanto, tras un largo e intenso diálogo e intercambio durante los numerosos encuentros entre los respectivos Consejos Provinciales en la búsqueda de la voluntad de Dios. La Asamblea General celebrada en París del 29 de octubre al 21 de noviembre de 2021 concluyó con el compromiso de abrir nuevos caminos de fraternidad, comunión y misión, por lo que puede decirse que la unificación de las Provincias es el primer paso para poner en el centro la fraternidad para la Misión.

Refiriéndose a la Asamblea General, sor Françoise Petit, superiora general, subrayó con motivo de la unificación: «hemos hablado mucho de la dimensión de la fraternidad entre las hermanas, entre las comunidades y las provincias. Durante los intercambios sobre este tema en la Asamblea General se expresó muy bien que esta fraternidad se basa en nuestra fe, no estamos en un nivel puramente humano, aunque lo sea en parte, todos somos hijos del mismo Padre. Es una fraternidad de comunión y esto es lo que tenemos que construir !… el nacimiento de una nueva Provincia puede ser una oportunidad para reanudar los intercambios sobre este tema y al mismo tiempo hacer compromisos concretos para lograr una comunión de hecho y de espíritu entre ustedes y entre las dos Provincias que se unen. ¿Qué se espera de nosotros? En cuanto a la Misión, se insistió en la indispensable revisión de las obras… la única forma posible de ser siempre fieles a nuestro Carisma…».

Percibimos la urgencia de poner en común lo que somos y tenemos, mente, corazón, energías, recursos y respuestas para promover experiencias en común, para seguir siendo testigos creíbles de la ternura de Dios hacia los pobres, para seguir siendo testigos creíbles de la ternura de Dios hacia los pobres, realizar obras/proyectos que tengan como objetivo devolver a los pobres la dignidad que se debe a todos, y reforzar el sentido de pertenencia a la Compañía potenciando la colaboración con los miembros de la familia vicenciana.

En su homilía, el Superior General, Padre Tomaz Mavric, dijo: «La unificación de la Provincia de San Vincenzo Italia es un reto, una oportunidad; la unificación, primero parcial y ahora total, de la nueva Provincia ya es historia, tendrá una historia, hoy es la fecha de su nacimiento. Creemos que Dios, la Providencia -diría San Vicente de Paúl- nos ha guiado hasta este día paso a paso, lentamente hasta hoy, día en que se ha abierto un camino seco en el mar que separa la tierra firme de la isla de Cerdeña para que podamos caminar juntos. Probablemente nos asaltarán los remordimientos por las cebollas que antes disfrutábamos… pasaremos por días de desierto… También hay para nosotros un Jordán que cruzar, Dios no ha cambiado su estilo, Dios siempre está caminando con nosotros, por eso podemos tomar el nuevo camino y al tomarlo damos testimonio”.

El día termina con la comida… Ephata! ya está en marcha, nos toca a nosotras dialogar, mirar con ojos nuevos, abrirnos… franquear la puerta, encontrarnos, decididas una vez más a caminar juntas como Hermanas que el Señor ha llamado y reunido (C11a).

Sor M. Rita Columbano