Jornadas Misioneras en la rue du Bac

En 1926, el Papa Pío XI instituyó la Jornada Mundial de las Misiones para despertar en toda la Iglesia la importancia de la solidaridad universal y del compromiso misionero.

Desde hace varios años, la celebración de las Jornadas Misioneras se ha convertido en una tradición en la Casa Madre, especialmente a través de la exposición misionera.

Este año, la celebración tuvo lugar los días 21 y 22 de octubre y se vio reforzada por el 400 aniversario de la Luz de Pentecostés de Santa Luisa. A lo largo de la entrada hacia la Capilla, unos paneles presentaban las obras de misericordia con fotos actuales de las Hijas de la Caridad sirviendo en diversas partes del mundo.

El objetivo de la exposición misionera de este año era apoyar dos proyectos:

– El Collège Sainte Catherine Labouré en Midjivin (Camerún) – construcción de una valla para asegurar el recinto del colegio y ajardinamiento de los terrenos para conseguir un entorno más fresco.

– Una misión en un suburbio de Curitiba (Brasil) – Proteger a niños y adolescentes de la violencia y la drogadicción creando un espacio para el deporte.

El viernes por la noche, se celebró una vigilia en la capilla con el grupo «A Jesús por María».  Nuestra oración por los pueblos de todos los continentes se inspiró en la meditación del mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones: «Corazones fervientes, pies en camino» (cf. Lc 24,13-35).

El sábado por la mañana, en presencia de los primeros visitantes, se bendijeron los stands: Tesoros espirituales, Artesanos de más allá de las fronteras, Doigts de Fée (Dedos mágicos), Coup de cœur (Un verdadero favorito), cesta sorpresa y cafetería. Una zona esperaba a los niños para dar un paseo en tren; esto entusiasmó, no sólo a los niños sino también a los adultos…

Numerosos voluntarios y empleados aportaron su granito de arena a este acontecimiento. El ambiente era alegre y fraternal, al ritmo de música y danzas de África, Asia y otros lugares…

Pudimos comprobar que la gente ama a las misiones y quiere apoyar los proyectos destinados a ayudar a nuestros hermanos y hermanas en situación de pobreza.

«Dios ama a los pobres y, por tanto, ama a los que aman a los pobres» (San Vicente de Paúl).

Al finalizar estos dos días, nos reunimos en la Capilla para dar gracias a Dios y expresar nuestra gratitud a todos los que han estado con nosotros durante estos días tan significativos.

«…Quien siembra escasamente, también cosechará escasamente, y quien siembra generosamente, también cosechará generosamente. Cada uno de vosotros debe dar lo que ha decidido en su corazón dar, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. Y Dios puede bendeciros abundantemente, para que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis en toda buena obra” (2 Cor 9,6-8).

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