Asamblea Provincial de las Hijas de la Caridad, 31 de julio – 10 de agosto de 2020

La Asamblea Provincial de las Hijas de la Caridad de Cerdeña tuvo lugar en la Casa Provincial Mater Nostra, en Cagliari, del 31 de julio al 10 de agosto, fue presidida y animada por Sor Catalina Bua, Visitadora y el Padre Italo Zedde, director provincial. El tema y el logotipo han sido profundamente significativos y relevantes, tanto porque están en perfecta sintonía con el camino de la Iglesia como en vista de la Asamblea General en 2021, que dará al tema una perspectiva internacional.

El trabajo de las 56 participantes procedentes de todas las comunidades locales comenzó con una acción de gracias a Dios por los dones recibidos y por lo realizado durante los últimos seis años como Compañía en Cerdeña, cuyo carisma, Caritas Christi urget nos, que nos entregó San Vicente de Paúl (1581-1660), es todavía de gran actualidad. A partir de esta «acción de gracias» se relanzó la prioridad de la evangelización, con vistas a la unificación de nuestra Provincia con otras Provincias, esbozamos, con cierto «miedo» pero también con gran confianza en la divina Providencia, nuevos caminos de colaboración, de fraternidad, de caridad y de servicio a los pobres.

Nuestra Asamblea consiguió así un mayor entusiasmo, un rostro más alegre, en la esperanza de verse renovar y reflorecer, aunque sea en los pequeños servicios, tradicionales y nuevos, siempre en camino, con valentía y, a pesar de la pobreza de los recursos humanos, totalmente confiadas en el amor de un Padre que, como dice San Vicente de Paúl, ama a los pobres y, por tanto, ama a los que aman a los pobres.

Ha sido muy enriquecedor sumergirnos, aunque sea solo a grandes rasgos, en el gigantesco tema del Papa Francisco ‘Laudato Si’ que nos urge a salir de nosotras mismas, a acoger a los más débiles, a cuidar de la creación en nuestras acciones cotidianas… que, la educación es capaz de motivarles hasta configurar un estilo de vida más sencillo (cf. LS 211). Este ha sido el espíritu que ha guiado y animado nuestros días, con intercambios y reflexiones que nos estimularon a abrir ‘puertas’ a veces insólitas, para la misión, para las relaciones, para la vida espiritual.

Ha sido una invitación a todas nosotras, Hijas de la Caridad, a enraizarnos en Dios para continuar entrando en el mundo en el que vivimos, abriéndonos al rostro del Otro, confiando y orando para que la Bondad Divina dé impulso y vida a todas nuestras acciones y las vivifique cada vez más con su Espíritu(cf. San Vicente 6 de diciembre de 1658, VII, 389, transl. it. XIV, 614)

A través de un breve video, proyectado después de la cena, cada una de las entrevistadas, un grupo de Hermanas mayores, habló de manera sencilla y elocuente sobre lo que es su vida hoy. Testimonios todos diferentes pero capaces, desde el tesoro del carisma, de inspirar un sentimiento común que no envejece con los años y que aún se hace uno con el ofrecimiento de sí misma y la oración a favor de los pobres, de la Compañía, de la Iglesia, de la Comunidad parroquial; una presencia preciosa deseada incluso en los pequeños pueblos de nuestra tierra como signo tangible que remite a la consagración total a Dios.  Nuestras intervenciones en la Sala de Sesiones subrayaron su valor inapreciable y la importancia de visitarlas, de prestarles una atención cariñosa y tener constantes las relaciones fraternales fundamentales para mantener viva y activa la respuesta a su vocación; cultivar intereses, implicarlas en algún trabajo, no importa lo grande o pequeño que sea y continuar entregándose con alegría hasta el último momento.

También se prestó atención a algunas Casas de la Comunidad en el norte de Cerdeña que se han reestructurado y ampliado para convertirse en centros polivalentes. El 9 de agosto, con el canto del Magnificat, agradecimos a Dios las maravillas de Su Amor y concluimos nuestro trabajo de asamblea.

Sor Rita Columbano, Hija de la Caridad, Provincia de Cerdeña

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